El Tao de Freud

He encontrado un articulo sobre el amor en la red que me ha parecido bastante curioso y que me gustaría comentar con las personas que de vez en cuando se pasan por aquí (creo que somos 4 gatos).

Esta basado en un capítulo de Pregúntale a Platón, de Lou Marrinoff.

Vamos a partir de la visión que tenía Freud sobre el amor para profundizar más en el tema. Para este filósofo había tres variantes: amar frente a ser amado, el amor frente al odio y el amor frente a la indiferencia y aún que sus conocimientos sobre la filosofía china eran bastante escasos se hizo suyas algunas de sus premisas, como que todo esto no se opone, sino que se complementa.

El perfecto equilibrio. Se necesita del uno para que exista el otro.

Veámoslo ejemplificado con dos personas, elegiré letras por no pararme a pensar en nombres... C y S por ejemplo.

Tenemos que tener claro que debe haber un sujeto que ama y un objeto amado. Por lo tanto, C ama a S. C es el sujeto que ama y S el objeto amado. Ella puede aceptar dicho amor. Si así es, S se volvería el sujeto que ama y C el objeto amado. El perfecto equilibrio, representado con el perfecto símbolo:



Así pues amaríamos y seriamos amados. El equilibrio conduciría a la relación al exito y ambas partes se sentirían a gusto con su opuesto, estarían en armonía con su Tao (el Camino).

Pero como en todo, existen problemas:

Supongamos que C tan solo tolera a S. Ella lo ama con locura, pero él no siente lo mismo por ella. Entraríamos en el primer desequilibrio amoroso, representado con este símbolo:


Así pues, C la puede tolerar y estar con ella por diferentes motivos, donde en los cuales no entra amarla. Por ejemplo el buen sexo o el dinero serían uno de esos motivos que desequilibraría la relación.


Más de lo mismo si fuera S la que solo estuviera con C por conveniencia:



Y tendríamos este símbolo si ninguno de los dos amará al otro:



En este caso, el artículo nos lo ejemplifica de nuevo con el sexo. Sexo provisto de sentimientos. Como puede ser el sexo que una prostituta tiene con un cliente, por poner un ejemplo claro.

Después entramos en otra franja, en otros límites. Dar más que él o ella. C puede dar más que S y entonces el equilibrio se volvería a romper. Dar más sin recibir tan solo da lugar a un malestar emocional o espiritual y eso, a la larga tan solo nos va a traer problemas. Lo mismo puede pasar si S da mucho más que C y él no se siente a gusto dando tanto o simplemente no quiere dar tanto.

Esto es en la mayoría de los casos lo que ocurre con las relaciones actuales, una persona pierde su YO, su personalidad y empieza a volcarse mucho más en la relación que la otra persona. Esto estaría bien, el volcarse en la relación, siempre y cuando el opuesto decida volcarse contigo, pero para dar más sin recibir... mejor no dar, ¿No?


Finalmente, se puede dar el caso de que ambas partes pierdan su personalidad y den demasiado por el otro, olvidando a amigos, sus hobbies, familiares... Ambos son una persona que se complementan demasiado el uno con el otro, tanto que si esa mitad desapareciera, sería muy difícil salir del hoyo, pues la persona se encontraría vacía y necesitaría del amor del otro para seguir adelante, necesitaría del otro para ser él o ella.



Resumiendo. El equilibrio en las relaciones lo es todo, como también lo es todo para llevar una vida plena y feliz. Estoy harto de ver a gente mendigar amor, a gente con su círculo más grande que el de su opuesto... ¿De verdad merece la pena pedir amor? El amor es algo que se debe dar por su naturalidad y no por ser algo pedido o forzado. Amar sin ser correspondido también es otro caso muy común. Una persona deja a otra por diferentes motivos y la otra persona se arrastra, ¿Por qué? Por amor, me contestaréis muchos... pero pregunto yo ¿Y el amor propio, donde queda?
¿De verdad es lógico amar a alguien que no te quiere y que se esta tirando a una tercera persona o simplemente no te quiere en su vida? Quien me diga que si, me esta diciendo que su amor propio es el similar al de una pulga, que supongo que será bastante poco.

Para que una relación este sana debe haber un equilibrio emocional, donde se quiera a tu pareja con las mismas fuerzas que te quieres a ti mismo, o lo que viene a ser... el yin y el yan.