1.91 podría ser las medidas de un jugador de baloncesto de media. 1.91 podían ser las medidas de cualquier cosa (hoy no estoy lúcido para pensar), pero tan solo 1.91 es la cantidad que Sony ha perdido durante el año.

Un millón y pico tampoco es nada alarmante pero si hablamos de 1.91 billones de dólares la cosa adquiere otro color, tonalidad y sabor. Un mal sabor por cierto. Un mal sabor que va a suponer el despido de numerosos trabajadores en Estados Unidos a causa de las tremendas perdidas antes mencionadas.

No se puede negar la evidencia y un servidor, feroz defensor de PlayStation, sabe que las cosas para SONY no van nada bien.

¿Un precio elevado?
Lo sabremos cuando bajen el mismo este año (que se supone que tienen previsto una bajada).

¿Un catálogo poco extenso?
Es pronto aún. PS2 sigue dando mucho que hablar.

¿Unos grandes competidores?
Sin dudarlo.

Como luz de esperanza (pareciéndome nefasto el despido de trabajadores, pero las empresas son así) tan solo diré como he argumentado antes, que PS2 aún esta dando mucha caña y hay gente como yo que aún sigue disfrutando de la negra de SONY.